martes, 31 de agosto de 2010

Con la comisura de los labios me ataba los zapatos


Ayer viví una extraña casualidad. Algunos lo llamarían destino, y un suicida empujón.
             
Estaba en el trabajo (si la mayoría de cosas que me pasan me pasan en el trabajo no es por devoción, es porque paso la mayor parte del tiempo allí) y en la radio dijeron que tal día como ayer John Peel cumpliría 71 años. A raíz de eso el locutor comentó que su canción favorita era Teenage Kicks y que por ello sonó en su funeral. Luego la puso. En ese tiempo que no llega a los 3 minutos a mí me dio por pensar qué canción sonaría en mi funeral, y decidí que lo más justo es que fuera California Dreamin' ya que es, fue y supongo será, mi canción favorita de todos los tiempos. Tras dudarlo un poco me acabé de convencer y ya me disponía a enviarle un correo a C para darle las órdenes pertinentes al respecto, cuando al terminar la canción de los Undertones y sin que medie palabra alguna, empezó a sonar California Dreamin'. Por un momento pensé que eran imaginaciones mías (la gente en un banco grita mucho y no es fácil distinguir lo que ponen en la radio), luego que era una broma algo macabra de alguien que podía leer mi mente y la del locutor de la radio, las dos al mismo tiempo y sin volverse loco por ello. Y luego, luego no pensé nada, tan sólo:

all the leaves are brown
and the sky is grey
I've been for a walk
on a winter's day



            Hace unos cuantos años esto me habría parecido un empujón, ayer decidí que era una casualidad. La vida cambia y ahora sonrío y supongo que a algunas personas eso les parecerá sospechoso y a otras una calamidad, pero de momento voy a dejar mis labios apuntando hacia el cielo.

Nota: recuerdo haberme definido una vez en un cuento así: “su cara era gris, y con la comisura de sus labios podía atarse los zapatos”. Era un cuento biográfico y muy malo. Dejé que la realidad venciera a la ficción, y así no hay gloria posible.

            Lo curioso de este nuevo pensar es que cada vez el libro se me está haciendo más pesimista y triste, el niño que había empezado con escamas en las manos ahora ya las tiene en toda la cara y huele a pescado muerto, además su madre es alcohólica y se odia a sí misma, hay niños asesinos y puteros vengativos, y ya no sé cómo va a terminar ni como le voy a explicar a tanta gente que este es el libro que pretendía poder ser leído a cualquier edad.

             Será que se acaba el verano, aunque eso sucederá mañana, cuando me compré la Rockdelux. El ejemplar de septiembre es el que dicta ese final y que, como un cuchillo que raja carne humana desde el bajo vientre hasta el esófago, se trepanen mis ilusiones de que agosto todo el año sea posible.



            El hombre del quiosco del Escorredor nunca entenderá cuanto de desesperación hay en ese momento en que le doy los 5’10 y él a cambio me da la biblia.

            La vida está llena de pequeños momentos importantes, y uno tiene que encargarse de mantenerlos esparcidos, porque si les da por juntarse llega la lluvia y los empasta y se hacen uno solo y muy grande y corres el peligro de morir sepultado por una gran bola de segundos fatídicos.

Pd. Al final no envíe el correo, decidí tentar a la suerte.

Pd2. lo tengo guardado en borradores.

jueves, 26 de agosto de 2010

Un día a temperatura ambiente

Hoy el día ha salido nublado y en Radio 3 suena Eric Clapton. Además estoy trabajando. Ayer hizo un inesperado día soleado, con bastante calor, la gente se queja y a mí me encanta. Verles tan amargados por algo con lo que yo disfruto tanto. Si me leyeran la mente me echarían del trabajo y puede que nadie me hablara. Pero mi cabeza es grande y opaca y sus ojos débiles. Para mañana pronostican lo mismo, pero hoy el cielo está negro y en Radio 3 Manos Lentas me deprime aún más. Esa clase de depresión que a nadie le gusta, que da ganas de matar, no de matarte. De estrangularlo. Lentamente.



En casa he encendido el Ordenador y no ha arrancado. No es exacto, en verdad no deja de arrancar y cuando llega al icono de Windows XP vuelve a empezar. Creo que lo he encendido, apagado y reiniciado al menos unas 35 veces. Y en todas ellas, aunque cada vez menos, guardaba una cierta esperanza de que la cosa iba a mejorar. Algunas veces lo apagaba también del botón de atrás. Otras lo desconectaba de la luz. Lo he reiniciado de pie y lo he apagado sentado, lo he encendido vestido y hasta una vez desnudo. Pero siempre lo mismo.

Después de algo así el salir a la calle y ver las nubes negras ahí arriba sólo es algo esperable. Un guión manido y mil veces escrito. Para cuándo el viento renovará su repertorio. El viento tiene la culpa de muchas cosas. Eso yo lo sé. Desde hace mucho tiempo. Lo peor de todo es no poder verlo nada y sentirlo tanto. Como los malos recuerdos. Como los móviles cuando pierden cobertura y al otro lado alguien te está diciendo te quiero.

En la nevera no quedaba leche fría y en el armario ninguna camisa que conjuntara con los pantalones de verano. He tenido que ponerme unos de felpa con lo que, a su vez, sólo hacen juego los calcetines más gordos que tengo. Me gusta el calor, pero no soy imbécil. Pienso que las nubes traerán algo de fresco y podré evitar algo de sudor por mis piernas. Qué inocente. No es así, hace calor. Creo que es la primera vez en mi vida que maldigo el calor. Espero que sepa perdonármelo. Porque el resto de las veces yo sería capaz de erigirle monumentos y cumplir en su honor promesas estúpidas que exigieran esfuerzo y algo de dolor. Algunas personas también lo merecen. No todas, y es mejor así, porque si así fuera el mundo estaría lleno de gente quejándose, y las lágrimas de los demás no mojan pero te hacen resbalar.

El que las tortugas se hayan cagado fuera la pecera lo pasaré por alto.

He calentado la leche en el microondas y me he quemado los labios. No importa. La leche a temperatura ambiente es como el noviazgo cuando ya se fue el amor y el odio aún está por venir.

Viniendo hacia aquí, escribo desde el trabajo, me he encontrado al final de la Calle Encarnación con Jairo, un asturiano afincado en Burriana que me cae fatal. No me ha dado tiempo a cambiar de acera. Le he saludado con un ligero movimiento de cabeza, no sé en qué momento ha entendido que quería hablar con él. Tampoco sé cómo no se ha dado cuenta de que no lo puedo soportar. Me cuenta que ha encontrado trabajo, que trabaja sólo 5 horas al día y que le pagan 1200 euros. También que anda con una chica, no he podido resistirme y le he preguntado quién, me dice que con la Fox (apodo de reciente adquisición debido a su razonable parecido con la actriz de Transformers y, por qué no decirlo, porque es una zorra de mucho cuidado).




(megan)




(zorra)

-Me encantan los días nublados -ha dicho para terminar.

-A las 8 de la mañana todos los días son nublados.

No me ha entendido. He necesitado matarlo. En días como hoy me gustaría ser Dexter. Y mandar a tomar por el culo el código de Harry.



Miento si digo que es el peor día de mi vida. Pero se le parece mucho. De todas formas, de lo que sí estoy seguroes que es el peor día de mi vida que puedo contar. El otro me lo guardo para mí. Y para siempre. Nada de contarlo a punto de morir. Si puedo lo olvidaré, si no, cosa más que probable, lo enterrarán conmigo.

Casi llegando, en la Calle Virgen de la Cabeza, he levantado la vista y en uno de los edificios había dos banderas de España, una de ellas dos veces roja y una amarilla, la otra igual pero con el pájaro al medio. Me he preguntado si era anticonstitucional, creo que sí. También si me atrevía a llamar a la policía. Pero luego he pensado en la más que posible respuesta y he guardado el teléfono.

El primer cliente que ha entrado me ha pedido un seguro. No me gusta hacer seguros. No sé cómo funciona y me pongo nervioso y parezco un idiota. Pregunto mucho a mis compañeros, casi a cada paso del proceso me asaltan dudas. Rápidamente noto en los ojos de mi clienta que no confía en mi pericia. Es más que probable que esté pensado que le ha tocado el idiota, y va estarse en la oficina media mañana. Eso lo estropea todo aún más. Yo le he leído el pensamiento, ella a mí no. Conservo mi empleo.

Me sorprende esta preocupación por el trabajo. ¿Qué me está pasando?

Hoy es el peor día de mi vida.

Después de Eric Clapton han puesto Queen, y ni siquiera era Under Pressure. ¿Qué será lo siguiente? ¿Dire Straits? ¿Me voy a morir?

Son las 9 de la mañana y me he apresurado a escribir esto. Primero he pensado en hacerlo por la tarde pero luego he recordado que, claro, no tengo ordenador (por más que al llegar lo volveré a encender, las veces que haga falta). Después en hacerlo a partir de las dos, cuando cerramos al público. Pero al final me he puesto en seguida porque a partir de ahora si el día sigue igual me quedaría una actualización demasiado larga, o quién sabe si me pego un tiro y no puedo subir el texto. No, muerto no se puede hacer eso. No. No se puede. Por otra parte, si le da por mejorar, es muy probable que se me pase lo que siento ahora e incluso que olvide parte de ello.

Hay que capturar el momento. Hoy no he escrito nada, he tomado na fotografía única e imperfecta. Como una polaroid antes de quedarnos sin papel.



Pd. Esto lo escribí el 19 de agosto. Sigo sin ordenador y me he tenido que buscar la vida. Ese mismo día salí de casa a las 8 de la tarde, el temporal había pasado de largo y miré al cielo y estaba azul y lleno de luz. Como pintado con plastidecor. La calle estaba mojada y por un instante sentí que un día de lluvia podía tener algo positivo. Era el olor a asfalto mojado y una sensación en el ambiente muy parecida a la que sientes cuando haces sonreír a una persona que ha estado mucho rato llorando. Me fui feliz y sonriente a casa de mis suegros. Al llegar di un beso a C y su padre nos dijo que en la playa se había levantado un tornado y había matado a un turista de Burgos. Su mujer y sus hijas se habían salvado.

Cada año está lleno de peoresdíasdelavida, pero siempre hay alguien para el que un mismo minuto es peor que para ti.

Y eso no consuela, ni hace que nos quejemos menos.

martes, 17 de agosto de 2010

La felación es un arma de doble filo


El otro día leí el ABC





Podría dejar la actualización ahí y sería la más dramática y descarnada de todas las que he colgado hasta la fecha. Pero no lo voy a hacer.

El caso es que iba navegando por la red y llegué a un artículo que hablaba de felaciones (me encanta la moral del Word que marca en rojo la palabra felaciones). Me niego a contar qué puse en Google para llegar ahí y mucho menos lo que buscaba, pero juro que no era más perverso que haber puesto ABC sin más.




El artículo hacía referencia a un estudio que aseguraba que 3 de cada 10 mujeres se sienten poderosas cuando le practican sexo oral a un hombre. Todo muy científco. Yo, que soy muy de la broma y de escuchar opiniones ajenas (aunque no me tome muy en serio la mayoría de ellas, menos aún las mías), me puse a leer los comentarios de la gente, y me encontré con esto (elijo unos pocos al azar, había más de 200 y todos en la misma línea:


-Menuda investigadora. Considerar como normal una práctica que lo que hace es denigrar la posición de la mujer, amén de ser una situación aberrante para el ser humano, un medio de transmisión de enfermedades venéreas y, para los que somos cristianos, consideramos un pecado.

(¿denigrar la posición de la mujer? ¿se refiere a arrodillarse? ¿me tengo que empalmar cuando en la Iglesia se arrodillan para las plegarias? ¿O hace referencia al Che cuando dijo prefiero morir de pie que vivir de rodillas? Eso será)


-El sexo antes del matrimonio solo lo hacen los de izquierdas, los de derechas esperamos y respetamos a nuestras novias hasta el matrimonio.

(las respetan hasta el matrimonio y una vez casados las humillan, ¿es eso?)


Tanto feminismo, tanto estudiar en la universidad. Tanto máster, tanta igualdad y al final, para acabar de rodillas agarradas al micrófono del macho

(después de investigar, y aunque lo parezca, no se refiere a Chenoa, según la Wikipedia ella no tiene ningún máster)




La felación es una costumbre gay. Yo prefiero el polvo de toda la vida, que no se reduce al misionero.

(creo que viene a decir que a él no le chupan la polla pero él tampoco se chupa el dedo)


Las mujeres que hablan de felación no saben lo que dicen, es contrario a la psicología femenina, hiere cualquier sensibilidad ver una cosa así, es que ni en el mundo animal mas avanzado ocurre ese 'espectáculo'. Otra cosa es la marranada del hombre a la mujer. Y lo diga quien lo diga, hay que ser un puerco para exigirle a una mujer una cosa como esa.

(Nadie te ha dicho que mires, sino que chupes. Y ya que estamos, ¿a qué se refiere al mundo animal más avanzado? ¿Perros con Iphone y Facebook? Y ya para terminar con este comentario decir que en algo estoy de acuerdo, sí, es un espectáculo)



Pues qué asco, no le hago eso a un tío ni loca. Para eso están las pu... Y efectivamente de poderosa nada en todo caso de guarras. Es una humillación para la mujer se mire como se mire

(esposo no te la pienso chupar yo, toma 10 euros y que te la coma una puta, pero vuelve a las 21:00 que si no la cena se enfría)


Y bueno, como éstos, muchos comentarios más. Cuando lo terminé de leer sólo pude pensar 3 cosas:

1)     que hay al menos 200 hombres que sufren la sequedad en sus partes nobles en silencio.


2)     que hay al menos 200 putas que mañana cenarán de caliente.


3)     que nunca la he chupado, pero que el estudio tiene razón, me es fácil imaginarme el rey del mambo con el micrófono en la mano.


Y eso es todo por hoy. Voy a ver si me encuentro un artículo en El Mundo que hable de los porcentajes de poderío en el sexo anal.

El saber no ocupa lugar

jueves, 12 de agosto de 2010

Cuando ? y ¿ se vieron en la cola del paro

Ayer tuve sesión con el psicólogo. Tengo la sospecha de que comienza a estar harto de mí. Trato de buscar un motivo y me salen tantos que simplemente he llegado a la conclusión de que sólo puede ser uno: le caigo mal.

Se lo noto en la forma de contestarme,  casi con desprecio y resoplando ante cada una de misexplicaciones  acerca de lo que me pasa. Puede que lo que le siente mal sea eso, que hago mi parte y luego también la suya y entonces se siente bastante ignorado.
La verdad es que yo sólo fui a él para que me dijera que no necesitaba sus servicios, que estaba perfectamente cuerdo. Pasaron 3 sesiones y eso no ocurrió. Y luego 5 y más tarde 10 y cada vez asegura estar más preocupado. A estas alturas estoy convencido que fue un error. Un plan absurdo que estaba destinado al fracaso.

Si temes la respuesta no preguntes. La verdad está sobrevalorada en la mayoría de los casos. Y diciéndolo no quiero parecer pretencioso, es que lo creo firmemente. Eso lo aprendí de Gran Hermano, cuando el/la imbécil de turno le dice hijo de puta a alguien, o que es un transexual de mierda o que apesta a sobaco rancio y luego se excusa en el plató arguyendo que él/ella es como todos los demás, lo que pasa es que a diferencia de los otros dice las verdades a la cara. Entonces aplauso general del público. Después silencio y entonces acaba siempre con un: yo es que voy de frente. Nuevos aplausos. De frente deberías ir hacia un pelotón de fusilamiento, o a un muro de roca dura. Lo que eres es un maleducado, además de alguien con el ego demasiado elevado para pensar que tu verdad es la verdad y que eres el indicado para hacerla saber.

(sí, sé que puede parecer que caigo en lo mismo, pero aquí no se oyen aplausos y ni siqueira se entera la persona a quién me refiero, de hecho no se entera ni dios, y además no está la abofeteable Mercedes Milà, este cigarro que me estoy fumando va por ti, mojama)



 (idea para otro día de blog: dar 10 razones irrefutables por las que la Mila y Rita Barberá deberían ser pareja)

Cuando le expliqué todo esto de las verdades y el Gran Hermano al psicólogo (allí di el nombre y apellido de al menos 15 concursantes que habían usado esa frase, dije en qué momento y por qué, otro día contaré por qué lo hice) me dijo que era muy violento, yo le respondí que nunca me había pegado con nadie ni le había infringido dolor físico a otro más débil que yo. Él entonces me habló de "esa otra violencia", marcando las sílabas de violencia, pero erróneamente partiéndola en 5, y que además era la más peligrosa de todas, porque aunque parezca sólo verbal, donde reside es en las ideas y no hay nada más pdoeroso que una idea (eso salió en Inception, no me gusta que gente que no me cae bien coincida con cosas que me gustan tanto) además está contenida, son un montón de promesas funestas que están por realizarse y alguna vez en la vida uno cumple su palabra y entonces todo sale de golpe.






Yo le respondí que yo no prometía nada de eso. Tan sólo lo deseaba, y la mayoría de las veces ni tan siquiera eso. Que sólo era una forma de expresar mi malestar.
Y ahí fue cuando creí escuchar el primer síntoma de su agotamiento conmigo, entre dientes y muy bajito me pareció que decía: malestar el que tú me provocas, tontoelculo.


Aún sin estar seguro me entraron ganas de matarlo.

(algún día explicaré cuánto más doloroso de escuchar es un tontoelculo bien entonado que un hijo de puta cualquiera)

No podría asegurarlo, ésa es la verdad. Pero si me hicieran jugarme un dedo, diría que eso dijo. Tendría que haberle preguntado, para ver si se ponía nervioso al ser descubierto.

Pero claro, si temes la respuesta no preguntes.

viernes, 6 de agosto de 2010

The Wild Pasqui

Pasqui ha venido a eso de las 4 de la tarde, ha llamado al timbre, yo no he contestado, no esperaba nadie y sabía que no podía ser C. Debí haberme quedado aquí, encerrado con la persiana bajada como estaba, escribiendo un cuento largo que soñé ayer sobre un sheriff del far west que persigue a un asesino por algún desierto de Arizona. Soledad, venganza, odio, obsesión, homosexualidad, cadáveres, buitres, whisky, perros amigos para luego ser comidos, y en fin, la vida misma transportada a miles de kilómetros y algún siglo lejos de aquí. Pero no lo he hecho, me ha podido la curiosidad y me he acercado a la ventana, para ver quién era. Con cuidado he apartado el screen y he asomado mi enorme cabeza, miro abajo y nada, miro a la derecha y nada, miro a la izquierda y allí abajo el careto sonriente de Pasqui, agitando la mano de forma vibrante, más propio de alguien que aparta una mosca que de alguien que pretende saludar. Fuera de contexto de todas todas, para alguien que acaba de descubrir que no le querían abrir.

Me he sentido ridículo, he mirado y llevaba los pantalones puestos, algo es algo. Le he abierto.

-No me querías abrir, eh cabrón?

-No sabía que eras tú –nunca una verdad había servido tanto para en el fondo decir una mentira tan grande. Le ha parecido suficiente.

Le he ofrecido una cerveza. Heineken, son muchos años de FIB, mucho tiempo para ver el declive de algo que fue tan importante. No quiero pensar que los hijos sienten algo así cuando ven a sus padres envejecer y perder el dominio sobre sus facultades, para verlos sin ningún control sobre sus actos y pensamientos. Es duro. Todo lo que depende del tiempo lo es.



-Tío, no sé qué me pasa que ando salido. Soy incapaz de ver a una tía y no pensar: hay alguien que se la tira, no sé quién es, pero hay alguien o más de uno que se la tira, será hoy o mañana, pero alguien la va a penetrar, y eso es así, por mucho que ahora esté detrás de un mostrador en el ayuntamiento con cara muy seria y no queriéndome dar los papeles que sé que me puede dar o cortándome jamón a lonchas con la bata llena de sangre de cordero. Alguien lame ahí dentro. ¿Cómo lo ves?.

-No sé, el verano, él tiene la culpa de todo, para algo es la mejor estación del año.

-No sé, me veo en noviembre exactamente igual.

-Noviembre tiene más tristeza que minutos.

-¿Qué?

-¿No te leíste mi libro?

-Claro tío, de pe a pa. Podrías currártelo y escribirme un cuento alguna vez, que sea yo el prota.

-Por lo que me cuentas escribí 40. bueno, en verdad 900, pero 40 de ellos fueron publicados.

-Ah, joder, es que en verdad no lo he leído. Pero es que yo no leo nada, en serio. Nada que no sean fechas de caducidad. Eso sí lo leo siempre. Si hay alguna que cae en mi cumpleaños guardo el bote hasta que se amontonan demasiadas y luego las tiro.

-Joder, no lo sabía.

-Sí, lo hago, pero a lo que íbamos, que hay más, el caso es que he llegado al punto de estar en el Mercadona y dejar pasar al que estaba detrás de mí porque llevaba sólo un bote de leche, pero en verdad sólo lo he hecho para que la cajera pensara que soy alguien con quien merecería follar al menos un par de veces.

-No hay cajera de Mercadona que merezca entrar en la misma frase que follar.

-Por eso mismo lo digo. ¡Estoy enfermo! Fentxo, lo mío no tiene remedio.

-¿Y qué piensa tu mujer de todo esto? –sé que ha sido una pregunta maliciosa, pero no me he podido resistir.

-Joder, soy un cabrón, ¿no?

-No, sólo eres un ser humano en pleno verano, y si ya somos débiles con el frío, ahora nos deshacemos.

-Entonces no es tan grave, ¿no?

-Qué va tío, no lo es.

-Gracias, eres un colega, uno de los buenos.

Luego me ha contado que Giorgio tiene los dos brazos escayolados, al parecer se cayó de un árbol el otro día en el festival. No recuerdo que hubiera ningún árbol en todo el recinto, pero no me cuesta nada imaginarme a Giorgio subido a uno de ellos. Por nada en especial, porque es Giorgio, sólo por eso. Morirá pronto. Es duro también, y aquí ni siquiera el tiempo nos sirve de coartada.

Luego se ha ido y yo he seguido con mi cuento largo de vaqueros. No consigo ponerle cara a mi sheriff, me viene todo el rato la cara de Pike Bishop, por más que trató inútilmente de huir de esa película como quien esquiva olas en medio de una tempestad oceánica. Pero es imposible.



Tampoco puedo ponerle mi cara, porque me da miedo parecerme a él.

La obsesión es una hija de puta. Ya lo veréis si algún día lo publico. Lo podéis ver a poco que hurguéis en vuestra vida.

¿O queda aún alguien en esta planeta que no tenga ninguna obsesión?

jueves, 5 de agosto de 2010

Madre no hay más que una


Hoy en el portal de casa de mis padres había tres cucarachas muertas, no muertas del todo, estaban boca arriba y meneaban las patas, a todos nos gusta ver el techo cuando lo pasamos mal. El caso es que mi madre ha dicho que eso es cosa de la chica que va a limpiar, yo le he dicho que no, que es el fin del mundo, ¿no te has fijado en los faros de los coches? Y ella, no, qué les pasa. Lejos de escandalizarme se lo he explicado: madre, a más de 20% de los coches les falla uno de los dos faros delanteros, ¿no te dice nada eso?

-¿Que deberían arreglarlo?

-No, bueno, eso también -le he dicho –pero únelo a lo de las cucarachas y tendrás la respuesta.

-Ay hijo, pues no caigo.

-No te preocupes, todos caeremos.

-¿Si la limpiadora tira demasiado flit? ¿Quieres decir eso?

-No mamá, bueno, eso también, pero te hablo del Apocalipsis, son pruebas irrefutables, está al caer.



-Pues casi mejor, que dicen que se acaban las pensiones.

-Pues se acabará eso y se acabarán las montañas, y también las flores y el sol y por supuesto que también los animales.

-Ah no, ésos no, que seguro que vienen los de los derechos de los toros y ya no hay animal que se muera.

-No madre, bueno, sí, seguro que sí, pero es el fin de todo, ya lo dijo tu biblia –sé que ahí le he dado un golpe bajo.

-¿Y tiene que ser justo ahora? También es mala suerte, bueno, menos por lo de las pensiones.

-Pues parece ser que sí, las pruebas lo indican.

-Pues en caso de venir y que a nosotros nos pille antes, el papá y yo tenemos todos los papeles del testamento en un cajón del armario. Ah y la foto que quiero que esté en la lápida es la de la boda de tu primo Javier, que la tengo en una carpeta que pone: para no ver más para que me vean toda la vida.

-Bonito título.

-Ay hijo, de casta le viene al galgo, aunque lo que tú escribes no son más que guarradas, tú y tus carencias, carencias de educación, 8 años a colegio de pago católico tirados a la basura.

-No del todo, creo en el Apocalipsis.

-Tú sólo crees en Dios para lo que te conviene, descarado.

A esas alturas ya estábamos en la puerta del banco:

-Bueno me voy a la pelu, que me pille guapa el fin del mundo.

-Mamá tú siempre estás preciosa.

-Qué fácil es ser bueno cuando ya no queda tiempo para demostrarlo con hechos.

-Qué cosas dices mamá.

-Anda que tú, que si no fueras mi hijo hubiera llamado al manicomio de Bétera.

-¿En Bétera hay un manicomio? Me gustaría ir, estoy pensando en un libro…

-Déjalo para después de que esté muerta, bastante vergüenza pasé con el primero. Por cierto aunque no os toca, venid tú y C a comer el sábado, que ahí hay dos cucarachas más, muertas las dos.

-Allí estaremos.


No me gusta repetirme, pero dead is in the air.


Pd: ando pensando en 10 cosas que quiero hacer antes de morir, pero al menos 6 ya las he hecho y las otras 4 sólo las he puesto para rellenar lista, porque no nos engañemos, tirarme en paracaídas me da más miedo que otra cosa.

Pd2: ¿tengo por ahí algún amigo perturbado que anda actualizando la página para disparar el contador? Porque no es normal que desde la última actualización haya tenido 700 visitas!!!! Y menos con sólo 6 posteos.

¿O es que hay alguien ahí?