Llevo toda la tarde en casa, no he hecho gran cosa, no he escrito nada y más bien lo único que no he dejado de hacer es fumar. Uno detrás de otro. A ratos me abstenía unos 15 minutos para poder disfrutar del siguiente. He fumado escuchando música y también cagando. He mirado algunas páginas de Internet con cuidado de no encontrarme con un spoiler de Lost. No lo he conseguido. Ha sido una calada agria cuando me he encontrado con la puta noticia, un solo titular, suficiente para estropearme la noche.
He llamado a Julio, a Julio le gusta que le llamen, me lo dijo un día pero yo ya lo había notado. Responde a la llamada y desde la primera sílaba le notas la sonrisa, es algo que se percibe aunque a veces no vaya acompañada de ningún sonido. De vez en cuando lo llamo y me siento bien porque sé que le hago bien. Él a mí no me llama porque sabe que no me gusta hablar por teléfono, no lo entiendo, tampoco es que crea mucho en el lenguaje corporal, pero prefiero hablar cara a cara con la gente que me apetece. Con los que no, no hablo de ninguno de los modos. Cuando suena el teléfono nunca lo cojo a la primera llamada, ni a la segunda ni a la tercera. Estoy un rato esperando, casi en tensión, miro el teléfono como si él fuera a decirme lo que debo hacer, a veces la llamada termina antes de que me decida. Entonces espero un rato y llamo yo. Dos frases y cuelga. Otras veces descuelgo antes de que el otro se canse. Dos frases y cuelga.
Cuando llamo a Julio es distinto, yo sigo diciendo esas dos frases, pero él puede soltar unas 20 o 40, podría no dejar de hablar, yo diría sólo dos frases y aquello parecería una conversación.
Hoy Julio no estaba normal, lo he notado desde el principio, al poco me ha dicho que había estado llorando. Julio puede estar horas y horas hablando porque tan pronto puede hablarte de cualquier trivialidad como de repente te cuenta su vida entera. Y hasta el más pintado tiene tanta mierda dentro que para sacarla toda necesitaría morir al menos 4 o 5 veces.
Me ha dicho que ha estado llorando porque su novia le ha dicho que tenía ganas de llorar. Él le ha preguntado por qué, y ella le ha dicho que no lo sabía, pero que su estómago parecía una lavadora centrifugando y que sólo podía sacarlo por lo ojos.
Llorar 30 horas seguidas. Él ha intentado animarla pero no ha podido porque no había nada que curar. Eso creo que ha sido lo que lo ha acabado de destrozar. Luego le ha colgado con la incertidumbre y pozos de pena, y se ha echado a llorar.
Me ha dicho que hacía mucho tiempo que no lloraba y que, por mucho que digan, llorar es una mierda y que no hace ningún bien.
Luego ha colgado. Nos hemos despedido y ha colgado, hemos quedado para tomar una cerveza otro día, no hemos especificado el día porque seguramente no existirá ese día.
Yo prefiero hablar con la gente cara a cara antes que por teléfono, pero es que yo prefiero muy poco hablar por teléfono.
Luego he encontrado el nuevo disco de Micah P. Hinson en el Spotify, ahora pondría aquí el enlace pero es que tengo miedo de entrar en el Youtube y encontrarme con otro spoiler de Lost. El disco me ha dejado tocado aunque confieso que en la recta final he echado de menos algún pico de intensidad. Sé que llegará, el tiempo y la paciencia harán su trabajo. Siempre es así con el de Abylene.
Tal vez el amor es eso, llorar porque el otro llora aunque el otro no sepa por qué está llorando y tal vez no tenga motivos. Pero llorar es una mierda y enamorarse de la persona adecuada es lo mejor del mundo. Así que algo falla en la ecuación. Puede que haya algo que se me escape o que como en casi todo, no tengo ni idea de cómo funcionan las cosas. Tampoco me importa, nadie sabe cómo funcionan las cosas pero las hacen para idiotas. Al final todo es apretar un botón.
Click, y entonces, te quiero.
Eso es todo, me voy a ver Lost, pase lo que pase, seguiré queriendo a esa serie, al fin y al cabo nunca fui de grandes finales, ni creo que estoy preparado para soportarlos.
¿Sigo hablando de Lost? ¿No?
lunes, 24 de mayo de 2010
Llorar es una mierda
Publicado por Alfonso Navarro en 20:37 3 comentarios
jueves, 20 de mayo de 2010
El mono (desde hoy me estoy quitando)
Publicado por Alfonso Navarro en 19:28 5 comentarios
martes, 18 de mayo de 2010
Yo abandoné a una familia hambrienta cuando más me necesitaba
Como ya adelanté en la última actualización, he cambiado la ruta que me lleva del trabajo hasta casa. La razón, no encontrarme con Pancho el navajero, cruz de mi existencia la semana pasada. Son 10 minutos más y no 5 como supuse, porque he tenido que escoger la tercera opción. El problema de la segunda es que gran parte del recorrido transcurría por la calle José Iturbi a.k.a. la calle La Tanda,
(a favor del párrafo que viene a continuación decir que la foto está tomada a las 7 de la mañana)
y ésa no es otra que la calle más concurrida de mi pueblo, es en lo que a populacho por metro cuadrado se refiere, nuestro Times Square en Nochevieja, la Plaza del ayuntamiento en Fallas, Canaletas cuando el Madrid no gana, La Meca al menos una vez al año. Y eso es algo con lo que no puedo lidiar.
Juro y perjuro que no soy antipático pero es que la gente tiene la costumbre de saludar y así es todo muy complicado para alguien como yo. Durante muchos años la coartada del soy tímido me valió, era efectiva y casi enternecedora, sacar virtud del defecto. Era casi genial. Luego todo terminó, alguna noche de ojos tiritantes y lengua larga, las presentaciones del libro, mi sonrisa perenne durante las 6 horas de trabajar de cara al público. No hay Dios que me crea ya. No me ha echado nadie en cara que lo disfrazara de pura y pueril vergüenza, pero ahora saludan, ya es suficiente castigo, a veces hasta de un lado de la calle al otro. A veces insisten y algunas hasta dan dos besos. Por dios, róbame pero deja que siga contando las baldosas del suelo.
(nota para no olvidarme, contar en otra actualización mi manía de no pisar las rayas del suelo con la punta del pie derecho, manía que me estropeó Jack Nicholson en aquella insoportable película, insoportable y completamente plagiada de mi vida. Ya de paso contar mi relación con los números pares hasta hace 7 meses y 17 días)
Por ello he tenido que tomar el tercer camino, mucho más largo y peligroso, en algunos de los barrios en los que me meto no habría virgen que saliera con ese adjetivo una noche cualquiera. En esos barrios falta el dinero pero podrían construir rascacielos con hímenes robados. He pensado viniendo de camino que huyendo de Pancho tal vez me meta en su propia guarida.
(no tengo ninguna foto del barrio, pero podría ser éste, ese hombre podría ser incluso el padre de Pancho, o el Pancho del futuro, si es así me alegro de que no haya prosperado mucho en la vida)
Teníamos miedo y nos escondimos en medio de una guerra.
Nos dieron armas y disparamos en dirección contraria.
Sea como sea he llegado sano y salvo a casa, con 19 euros en el bolsillo (salía con 20 pero me he gastado uno en el chino de debajo de casa para comprar papel de regalo, un papel horrible, ya se lo he advertido a C que escogería el más feo y lo que es peor lo haría sin querer pero sabiendo en todo momento que el que elegiría sería algo difícil de ver y criminal de regalar).
Eso sí, he vuelto un poco más triste, mi riqueza en ese aspecto es descomunal, en la lista Forbes de penuria autoinflingida no hay cantautor ni poeta maldito que me supere, año tras año, alegría tras alegría, yo me las ingenio para tropezar una vez más y llorar en medio de la carcajada. Que viva el melodrama me digo, que se largue la estupidez suplico.
Lo contaré rápido porque me da vergüenza, una mujer con dos niños pequeños me ha pedido dinero para darles de comer, yo le he dicho que no llevaba nada. La semana pasada un hijo de puta me pidió lo que llevara encima y le di 72 euros, 28 Luckys y un Ipod Nano con al menos 3 obras maestras en mp3 dentro, todo ello en dos sesiones separadas por tan sólo 24 horas.
Por el camino, claro, mi mente se ha puesto a trabajar, que uno se esfuerza en ser dramático pero el subconsciente le juega malas pasadas:
-Llevaba 20 euros en una pieza, la mujer no llevaría cambio.
-Tenía que comprar ese papel de regalo (me he animado a hacerle una foto, mirad, es grotesco, pero si es para una mujer de 50 años y faltan 7 meses para navidad y hasta voy en manga corta, no me preguntéis por qué lo he cogido, me pongo nervioso, me puede la presión y acabo con algo así pagado y entre las manos)
-Seguro que quería el dinero para putas.
-Qué vergüenza utilizar a los niños para dar pena.
En definitiva, soy la peor persona del mundo.
¿Alguien da más?
Eso es todo, aquí os deja Alfonso Navarro, escritor del nivel de una lechuga y ferviente defensor del lema todo lo que tiende se seca.
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viernes, 14 de mayo de 2010
Pancho cabrón, devuélveme la pasta que me debes
Publicado por Alfonso Navarro en 18:18 6 comentarios
jueves, 13 de mayo de 2010
Camela es un arma de doble filo
Pues hoy tenía pensado no actualizar ni escribir nada, había planeado pasarme la tarde (re)(re)(re)leyendo a Bukowski
y escuchando discos viejos que hace mucho tiempo que no me pongo. Me parece una de las mejores maneras de ver el tiempo pasar si tu novia está fuera del país y al día siguiente trabajas. No, no se ha fugado, o eso me acaba de decir. Yo como buen novio que soy le he dicho te quiero y no le he contado nada de lo que me ha pasado, por no preocuparla, París es demasiado bonito y está lo bastante lejos como para que una gota de agua que cae aquí pueda inundar allí toda la ciudad.
El caso es que venía hacia casa con el ipod puesto, sonaban los Triángulo de Amor Bizarro, cuando voy por la calle siempre me pongo canciones cuyo muro de sonido sea lo suficientemente brutal como para eliminar toda la polución sonora de un pueblo, los conductores gilipollas que presionan sus bocinas por la pérdida de diez miserables segundos de sus vidas, mujeres que hablan con sus vecinas de balcón a balcón, niños que juegan en las calles y no saben de todo lo que puede darte el silencio (no hijos no, no estaré allí el día que lo descubráis, no estaré allí para reírme de vosotros cuando os deis cuenta de que para vosotros ya es demasiado tarde). También una adolescente bonita pero con piernas gordas y botines con plumas que lleva la música en su móvil sin cascos. Una canción (mejor vídeo del año según Rockdelux, te alabamos óyenos) de amores perdidos que hace suya y a través de la cual sueña que su novio raje el estómago de su amante por el amor de una mujer tan vulgar como ella.
Al llegar al cruce de Helios
(yo estaba ahí, enfrente del paso de cebra a la izquierda de Grupinsa según vemos la imagen) he visto que un tipo venía distraído por la acera de enfrente y que iba a cruzar sin mirar. He visto también un coche que pretendía cruzar el semáforo en ámbar. El semáforo ya en rojo.
-¡Para! –le he gritado.
El tipo ha dado un paso atrás y el coche ha pasado frente a él y por un pelo no se lo ha llevado por delante. Era un coche rojo brillante y caro. Últimamente las cosas que me pasan vienen salpicadas por ese color, en cualquiera de sus infinitas tonalidades. Esto me viene ocurriendo desde que vi el sueño del agente especial Cooper en el que está sentado 25 años después en una habitación forrada de rojo y un enano
de brazos y cabezón inmensos está al lado de Laura bailando una extraña canción.
La sangre también es roja, y se queda pegada a las calles cuando un cadáver cae contra el asfalto, y no hay máquina que lo pueda quitar. Tampoco hay droga capaz de borrarla del adoquinado de un niño de 15 años que vio a su padre caer. Pero de eso ya hablé en la entrada anterior.
El tipo ha mirado a ambos lados y entonces ha cruzado, yo aún esperaba en mi lado de la calle y al llegar junto a mí me ha dado las gracias y después me ha pedido (exigido diría yo) que le diera todo lo que llevaba encima. Al principio he pensado que era una broma, luego se ha sacado una navaja y le he dado todo lo que llevaba encima. Me he quedado la ropa y el móvil, y todo el pánico del mundo. Por el cruce de Helios, como puede verse en la imagen anterior, siempre pasa alguien pero en aquel momento no había una puta alma. Luego se ha ido corriendo y yo aún le he dado las gracias por dejarme el móvil.
No he podido más que pensar que este tipo era el novio de la adolescente chabacana que tarde o temprano acabará por rajar al amante inocente que puede que ni siquiera sepa que ella es de otro y casi ni le gusta.
El móvil me lo ha dejado porque le he explicado que mi madre está en el hospital y que mi hermana me tenía que llamar en breve para pasar a recogerme y que mi madre se muere y tengo que pedirle perdón por todo lo que he hecho mal en esta vida, que es mucho y muy desagradable, y que si no llego a tiempo puede que ya esté muerta y si pesan los cadáveres más pesan los errores que se quedan flotando de por vida en la memoria de un pobre imbécil.
Creo que la mayoría de todo esto es mentira. Creí que me iba a clavar la navaja sin tan siquiera haberme follado a la adolescente que puede que no fuera tan adolescente y sí una chica de aspecto juvenil; y que unas botas se quitan fácilmente. Pero ha escondido su navaja, me ha devuelto el teléfono y se ha ido, que no sea nada, ha añadido y de mi cabeza se ha esfumado la imagen del coche rojo brillante salpicándose del rojo petróleo de la sangre del navajero. Gracias, le he dicho.
He vuelto a casa y he sostenido el teléfono con fuerza y entonces C ha llamado y se me ha pasado el temblor y le he dicho te quiero de la forma más sentida que sé, creo que mi voz se ha convertido en un beso en el trayecto que va de mi pueblo hasta París. Por lo menos en un abrazo con unos brazos tan largos como los del enano de Twin Peaks.
Podemos bailar juntos cuando vuelvas.
Eso es todo por hoy, os contó esto Alfonso Navarro escritor vocacional de libros imposibles y guardián del secreto de lo que oculta el móvil de Alfonso Navarro.
Publicado por Alfonso Navarro en 20:37 6 comentarios
martes, 11 de mayo de 2010
No era el corazón de papá el que estaba roto, era la persiana
Publicado por Alfonso Navarro en 18:24 7 comentarios
sábado, 8 de mayo de 2010
Viejos Chochos Vs Chochos Viejos
Hacía tiempo que no pasaba por aquí, el caso es que la novela ahora va viento en popa y entonces no tengo excusas para escribir en el blog. A este paso va a dejar de llamarse Lo Imposible, pero en vista que soy pésimo para los títulos creo que voy a complicármelo un poco más y así no tener que pensar en otro.
Ayer era viernes y los viernes son los días del cuento. Al final no escribí nada porque tuve una tarde extraña. Os la telegrafío.
16:00h: empiezo a leer Cosas que hacen Bum de Kiko Amat.
Mi única referencia suya son las críticas de discos que hace en la Rockdelux y un reportaje donde se cargaba a los insoportables Fleet Foxes. Me gusta su vehemencia y su entusiasmo al hablar de algo que le apasiona. Me gusataría ser así, me gustaría más aún que alguien pensara eso de mí. De normal leo muy lento pero una hora después me había papado 70 páginas. Una historia sencilla. Quizá por eso por momentos emocionantes (nota mental para aplicar a mis historias: lo complicado se piensa, lo sencillo se siente).
17:00h: Salgo de casa de mis padres, voy a la peluquería. Aún no ha abierto pero ya tiene a dos tipos esperando. De lejos uno me parece un cliente del banco (trabajo en uno de ellos pero yo no he robado a nadie) y entonces doy dos vueltas a la manzana hasta que veo que ya han entrado. Espero que él sea el que iba primero, eso dificultaría tener que hablar de nada con él. Cuando entro otro tipo se me había adelantado, el individuo que creía que era un cliente del banco está sentado en la silla esperando que le corten el pelo. Eso está bien, el hecho de que no sea quien yo creía que era me hace pensar en lo estúpido de mi acción porque ahora tendré que esperar un turno más.
17:20h: El tipo que ni era ni en realidad se parecía a quien yo creía que era acaba de cortarse el pelo, me doy cuenta ahora que se parece a Lloyd Bridges,
no exactamente a Lloyd Bridges, quizá a Lloyd Bridges interpretando un papel dramático, Lloyd Bridges muriendo a manos del amante de su esposa. Por los altavoces suena un recopilatorio de los Beach Boys, me emociono cuando suena Sloop John B. Después de pagar, otro hombre mayor que espera a mi lado leyendo una revista le hace prestar atención a un artículo. Éste otro tipo no se parece a nadie, llamémosle X, trataré de resumir:
X: ¿has visto esto?
Lloyd Bridges asesinado y traicionado (LBa&t): ¿Qué es?
X: Un hongo, 24 euros el gramo.
Peluquero (P): Será como la trufa blanca, es más cara que el oro.
(conversación culinaria, me encanta cocinar, pero no entro en la conversación)
LBa&t: Esas cosas, no sé, yo, es como la Viagra.
X: Jajaja.
P: Hombre, yo aún soy joven, pero…
(conversación sexual, me encanta follar, pero no entro en la conversación)
LBa&t: Yo es que pienso que cuando el físico dice no es porque la cabeza tampoco quiere.
P: El depósito se seca y la tubería se oxida (¿?¿¿). Pero mira al dueño del Playboy, ¿Cómo se llamaba? ¿Hugh Grant?
(no, ése es el de la mamada, también el de 4 bodas y un funeral)
LBa&t: No, Hugh Hackman, Hugh Hackman es.
P: Sí, ése.
(Lobezno en batín rojo puticlub como magnate de la pornografía sosa en papel satinado)
(aquí Hugh Hefner, dueño de Playboy)
P otra vez: pues ése dijo que de todas las drogas que ha probado, y han sido muchas, la mejor es la Viagra.
Todos: JAJAJJAJAJ
Yo: jeje
LBa&t: Pero ése es que vive en un harén de putillas destetadas, a mí no me haría falta ninguna pastilla, pero ves por ahí a gente de mi edad, en los asilos, restregándose con mujeres mayores y piensas: ¿Cha, eso te puede apetecer? Si estará más seco que una lija.
Todos: JAJAJAJ
Yo: jeje.
P: Si la planta está muerta la manguera hay que guardarla,
Todos: JAJAJAJAJ
Yo: jeje.
Después de eso X se pone dramático y comienza a hablar de la muerte y el abandono, creo que había un nexo claro de unión entre ambas conversaciones, pero ahora no lo recuerdo ni puedo imaginarlo. Afuera comienza a llover.
Hay cosas que llevan irremediablemente a otras.
Media hora después salí a la calle. Diluviaba.
(continuará…)
Eso es todo por hoy, otro día volverá Alfonso Navarro quien escribe libros y continuamente el corazón le hace bum.
Publicado por Alfonso Navarro en 12:48 7 comentarios