martes, 11 de mayo de 2010

No era el corazón de papá el que estaba roto, era la persiana


El caso es que estoy convencido de que cuando entré en la peluquería lucía el sol y el cielo era azul y cuando salía diluviaba y pienso que tal vez el gris Señor X (ver entrada anterior) tiene un poder increíble que nadie conoce. A lo mejor los superhéroes son así. Eso justificaría que se escondieran de la humanidad. El señor X como un trasunto de Magneto, con 40 kilos de más, aceite en la parte trasera del pelo y la cremallera del pantalón bajada. (omití ese detalle hasta ahora porque me parecía zafio, pero no he podido aguantar más).

Este es el auténtico Magneto, una pena no tener una foto de mi Magneto particular:



            No sé cuánta agua fui capaz de recoger sobre mi chaqueta. El día que decida marcharme de este mundo lloverá, estoy seguro, antes ya lo pensaba pero todo venía inducido por mi carácter melodramático. Ahora si pienso lo mismo es porque ese día mataré a toda esa gente que aún llevando paraguas avanza por la calle arrimada a las casas para (re)cubrirse con las repisas, sin importarles que un tipo viene hacia ellos absorbiendo todo el agua del mundo. Los mataré con sus propios paraguas, yo no llevaré el mío porque nunca lo llevo y ni siquiera tengo. Ya de pequeño era el único de la clase que no deseaba que lloviera para llevar botas de agua. Mi madre me decía por ello que era raro, lo decía y sonreía, 15 años después lo seguía diciendo, por mil motivos más. Ya no sonreía y yo tardé demasiado tiempo en darme cuenta que, aun sin querer, aquello podría ser un cumplido. Fue después de ver Donnie Darko, justo cuando tienen ésta conversación. Está en inglés, viene a decir algo así:

            Gretchen: Eres raro.
            Donnie: Vaya, lo siento.
            Gretchen: Pretendía ser un cumplido.

            Creo que es mi momento favorito de la película. Porque es el mejor y también porque la primera vez que la vi (ahora ya van 7 veces) me pilló en el momento exacto.


            Un rato después estaba a una plaza y media calle de llegar a casa. Antes de cruzar la última calle miré hacia arriba. Lo hago siempre ahora, desde hace un mes en el que cuando pasé por allí estaba lleno de gente mirando al paso de cebra y también de policías rodeando una bolsa de plástico en el suelo. Pensé: un pobre desgraciado que llegó a su última parada. A veces en la vía del tren nos espera alguien y un viaje simple se convierte en algo muy parecido a una épica historia de amor. Otras veces no hay nadie y te cubren con un plástico gris reluciente y adentro está muy oscuro pero no te da miedo porque ya no puedes ver nada. Al día siguiente dijeron que se había caído, lo hablamos mucho C y yo, sobre qué era más insoportable, si caerse o tirarse, nos referíamos para los que se quedan, claro, decidimos que el caerse, estar arreglando una persiana y zas, ya no estoy, papá se ha caído, y se ha muerto hijo. Digo esto porque su mujer y su hijo estaban en casa. Sea lo que sea estuve temblando media tarde, o la tarde entera y el resto de fin de semana, pensando en aquel supuesto cadáver que vi, pensando en aquella noche en aquella casa, y en los días que estaban por venir. Fantaseé con algo parecido en algún lugar cercano a mí. No lo puedo evitar. Me hundí. Debo morir un día de lluvia, así por lo menos, al cargarme a esa multitud de seres que no se apartan para que yo no me moje, alguien me recordará con una sonrisa en la cara.
            Este viernes no cayó nadie, no diré que me sorprendió pero a veces los actos son tan grandes que, por muy únicos que sean, parece que siempre estuvieron allí, que un día u otro volverán. Les pasa a los enamorados que fueron abandonados, pasará entonces siempre, hasta que se extinga la última vida de este planeta..
            Ya en casa me puse el pijama y vi el basket. Sé que puede carecer de interés, pero me he dado cuenta que siempre que veo un partido, el equipo por el que yo tomo partido le cogen un montón de rebotes ofensivos. Vengo fijándome en eso desde hace al menos 12 años. A día de hoy puedo afirmar que es ley. A cuento de esto, o a cuento de nada, decir que últimamente me he dado cuenta que a un montón de coches les falla uno de los dos faros delanteros. Mi hermano dice que es la crisis, yo creo que son señales que nos avisan del fin del mundo.
            Al terminar decidí seguir leyendo Cosas que hacen Bum, de Kiko Amat, leí 100 páginas más mientras escuchaba el último disco de The National. A veces echo de menos las drogas pero el otro día, durante aquel momento de soledad en casa con la música y el libro, pensé que hay cosas que si bien no se acercan, sí pueden ser tan increíbles. Recé porque aquel momento no terminara, pero el disco llegó a su fin y tuve miedo de volverlo a intentar porque sólo lo podía estropear y a mi me sobran kilos pero a todos nos faltan momentos tan mágicos como aquél.
            Media hora después llegó C, y lástima que fuera de noche porque de lo contrario hubiera salido el sol.
            Vino cansada, cenamos cereales con leche en la cama y vimos 3 capítulos de Twin Peaks. Pensé como la primera vez que la vi, que de mayor quiero ser el agente especial Cooper.



Hace años tenía su gracia, ahora es otra prueba irrefutable más de todos los sueños que se quedaron por cumplir. C ya se ha dormido, yo la miro, y trato de pensar, pero no me hace falta, yo la miro y doy gracias por esta vida y por los viejos chochos que hablan de chochos viejos, por la lluvia que me dará un último acto de gloria antes de morir, por un libro sencillo que me llevó muy lejos, por algunas canciones tristes que, si no me porto mal (y muy mal me tendré que portar porque siguen ahí a pesar de todo) me acompañaran para siempre.


Eso es todo por hoy, os habló Alfonso Navarro, quien escribe libros y tartamudea cuando se encuentra con una esdrújula.

7 comentarios:

Z dijo...

:))))))))))))))


agente cooper, si necesita ayuda con lo de la matanza lluviosa, yo me uno a la cruzada

Alfonso Navarro dijo...

qué hijos de puta y siempre estan gordos o gordas para no dejarte ni un resquicio de cubierta!

Z dijo...

tengo muy claro que el día que me vuelva psicópata (que llegará), me cargaré:

- a los de los paraguas

- a la gente que va lenta en el metro (y por la calle) y encima va como en zigzag para joderte aún más y que no los puedas adelantar

- a las madres con sus hijos histéricos que ocupan toda la acera a las puertas de los colegios y no hay quien pase por allí

creo que hay más gente que merece morir, pero ahora mismo no caigo

Unknown dijo...

joeeeeerrr

es q despues de Z nunca m queda nada q decir (m uno a la matanza d gente q anda lenta)


"A veces en la vía del tren nos espera alguien y un viaje simple se convierte en algo muy parecido a una épica historia de amor"
//cd mi horoscopo me dijo esto m lo crei, aunq luego, cm ya sabeis, no paso...

Alfonso Navarro dijo...

siempre hay algo qeu decir, jaja aunque dificilmente direis algo distinto las sisters of mercy!!!!!!!

casi todo lo que he contado ahí es real, hay cosas muyfuertes y otras no tanto!


por cierto z, lo del zig zag se lo comentaba a carmen el otro dia, que casualidad!!!!!!

Irene dijo...

:)

viki dijo...

ese dialogo, lo has puesto ya varias veces, te encanta