viernes, 15 de abril de 2011

I am the death without you

Le acabo de plagiar una canción a un perturbado. Seguramente será la canción de otro, ya publicada, ya preparada para denunciarme si algún día la publico yo, pero he pensado que el perturbado la habrá cantado lo suficientemente mal como para que no quede ni un solo acorde parecido. Era una melodía preciosa y al final me ha parecido entender I am the death without you, y si no lo ha dicho mejor. También puede que estuviera sólo borracho. No importa, el tarado estaba en una esquina cantando hacia un cielo azul marino a medio dormir, yo me he cruzado con él y he pillado al vuelo ese trozo. He sacado el móvil y lo he grabado.




            Antes, después de comer, he ido a ver a Jacinto, está hecho polvo. Hace un mes le amputaron el brazo a su novia, fue justo en la época de crisis en la que mi ordenador dijo basta y perdí todo lo que había escrito hasta la fecha. Yo me puse frente a otro ordenador y actualicé con lo mío, no con lo suyo. Me van los dramas fuertes. Me contaba que tiene un problema. El caso es que ayer tuvieron sexo por primera vez desde entonces. Ella le preguntó si tenía algún problema con eso y él dijo que le gustaba igual que antes. Ella le sonrió y casi llora. Él está hundido porque le gusta igual que antes y ya entonces prefería follarse a todas las demás antes que a ella pero que igual lo hacía. No se necesita demasiada motivación para echar un polvo con 29 años, me ha dicho, pero que hay que tener mucho estómago para hacerlo durante el resto de su vida. Le he preguntado si quería dejarla y el me ha respondido que poco importa lo que uno quiere cuando no se puede. Le he prometido una noche los dos, de fiesta, de llegar nunca*. Nunca sé muy bien qué decir en estos casos, pero a día de hoy, no parece que a la gente le importe a la hora de contarme sus problemas.

 *(no encontré el vídeo, la canción es Amanecer chungo en el parking de la Heaven)
           

En otro orden de cosas ando un poco descolocado con el disco de Sr Chinarro. Hoy mi hermano me ha dado la respuesta a mis dudas. “El disco no está mal, pero ha pasado de ser ese grupo al que íbamos a ver un martes a Valencia, a ser ese grupo que nos las arreglaríamos para ver un sábado en Castellón”. Luego, por si Dios existe y está en todas partes, ha enviado otro correo: “De todas formas le daremos más escuchas”. Las escuchas es la coartada perfecta para ese músico al que idolatras y te lanza un churro. Seguiremos informando.


           

Hablando de lanzar, siempre es momento y lugar para recordar una de mis frases favoritas de la historia. “La memoria es ese perro estúpido al que le lanzas un palo y te devuelve cualquier otra cosa”. Y ya que estamos rememorando a Ray Loriga, soltaremos otra suya, mi frase de amor favorita: “Nunca te daré veneno sin antídoto”, no se puede querer más sólo con palabras, porque ya lo dijo J, “las palabras sólo pueden hacer daño”.


 Creo que voy a abandonar la lectura de Diarios de un mal año, de Coetzee. Hoy hablaba con mi amigo Ignacio sobre el poder del sexo para captar la atención y el seguimiento obsesivo de un libro. Le he transmitido mis dudas sobre si con sólo una buena tensión sexual basta. Él pensaba que sí, que a veces basta, pero luego me ha preguntado, ¿te basta a ti? Ignacio no siempre tiene la respuesta acertada, pero sus preguntas dan directas en el centro de la diana, una diana que sangra y fallece, porque no hay cuchillo bien lanzado que no acabe en muerte. Son ya muchas las pistas que me llevan al cambio, no radical, pero sí lo bastante como para que alguien me diga: “este cuento no parece tuyo” y luego, ante la parte dramática que siempre conlleva esta aseveración para el que sólo ve el negro de los anillos de las abejas entre las flores del campo, añadir: “ahora pareces u escritor de verdad” y entonces cagarla más. Ocurrió sobre todo cuando recién haber perdido todos mis archivos, volvíamos del concierto de Nacho Vegas y mi hermano puso el Una Semana en el Motor de un Autobús y justo con la Copa de Europa lo entendí todo, en ese instante en el que J canta: “cuanto tiempo he perdido allí afuera, cuanto por descubrir en mi cabeza, es tan vasto que da casi pereza”.




Y hoy es viernes, y mañana hay un Madrid-Barça y en Valencia tocan Sokolov, ellos son ese grupo al que vale la pena ir un martes a verlo a donde sea.  



3 comentarios:

Lola dijo...

Qué casualidad! Acabo de estar en un concierto en la sala donde tocan mañana, y he visto el cartel, claro. Irá usted?

Alfonso Navarro dijo...

hay un madrid-barça jajaj

Paula dijo...

Da igual lo que digan, da igual si parece tuyo o no, da igual que no sea lo esperado (hasta por vos mismo). Lo que importa es lanzarse, permitirse ahondar en terrenos ajenos, no familiares, experimentar, ir hasta el otro extremo... Despues de eso llega el equilibrio, el verdadero, el que surge del conocimiento, del verdadero encuentro con vos mismo.
Dejate.
Siempre es bueno leerte.