lunes, 5 de julio de 2010

Los chinos cuando llaman a la puerta siempre dicen EL Chino, los demás no.


El viernes Mateo se presentó en mi casa, no hablaba con él desde que su novia le dejó, hará como dos semanas. Él sabía que no iba a cogerle el teléfono porque ya lo había intentado cinco veces en los últimos 3 días y las cinco me quedé mirando su nombre y dudando sobre qué hacer, luchando entre el deber y el querer, y yo, como hombre apasionado que soy escogí lo más bohemio.

            El caso es que el viernes llamó al timbre y yo creía que era el chino del reparto a domicilio y le abrí sin responder y cuando abrí la puerta de arriba allí estaba él, con el pelo engominado y su camiseta ajustada, la que nunca falla. La tenía casi diez años pero hacía unos cuantos que no se la ponía. Con él enfrente de mí, yo en pijama de verano y él vestido para matar, intenté pensar alguna excusa aun sabiendo que ninguna valdría, y entonces le dejé entrar.

            Cenamos chino, claro, le invité yo después de negarle varias veces la posibilidad de pagar a escote. Estuve todo el rato esperando a que se derrumbara y se echara a llorar. La frase que más repitió fue: “hoy no quiero hablar de Elsa”, Elsa es, era, su chica y la dijo todas las veces después de hablar de ella sin que yo se lo pidiera ni tan siquiera sacara el tema.

            Luego salimos, los dos solos, hacía tiempo que no lo hacíamos. Burriana es una mierda y nos tuvimos que emborrachar mucho para pasarlo bien. C estaba fuera este fin de semana así que le dije que se podía quedar a dormir. No es que estando ella no se pudiera quedar, pero no estando me era casi imposible negarme después de que me lo pidiera.

            Al llegar a casa se preparó tres rayas, había estado toda la noche dándole, a mí no me importó para nada. La verdad es que su aspecto era lamentable, y así se lo hicieron saber al menos dos chicas durante la noche. Él después de los rechazos evidentes vino hasta a mí y me dijo que para nada estaba intentando nada con ellas, que si tenía alguna esperanza de volver con Elsa, ésta pasaba por no hacer nada con nadie. Yo le dije que debería cuidarse de ir enfarlopado por el pueblo que luego la gente habla y eso a ella no le gusta nada de nada. Él me respondió que no se había metido nada, que estaba limpio desde que empezó a salir con Elsa. Evité recordarle nada cuando al llegar a casa sin previo avisó sacó lo que calculo que serían dos gramos de una bolsa que habrían llegado a ser al menos 3, y puso tres rayas. Me preguntó si quería, tuve tentación de decir sí para ver cuál era el posible reparto que tenía pensado. Pero el precio era demasiado grande así que se metió las tres él solo. Él siempre tuvo mucho tesón para las cosas en las que creía.



            Debí haberme ido a dormir en aquel momento, pero nos abrimos dos Heinekens y entonces ya no hubo dios que lo parara. No recuerdo demasiado bien la conversación, o el monólogo, pero creo recordar estas frases con bastante seguridad:

            “no es que me haya dejado, simplemente hace como si no me conociera, la llamo, responde al teléfono y me dice que no conoce a ningún Mateo, si la veo por la calle lo mismo, pero es que no sólo ella, sus amigos también, y su madre, y hasta el otro día su perro, mientras le pedía explicaciones a ella, me meó la pierna confundiéndome con un árbol o vete tú a saber”

            “algo gordo le habré hecho, pero no sé qué puede ser y si fuera algo muy gordo lo sabría, así que esto es de locos”

            “estoy muy mal he llegado a pensar en matarme, pero luego caigo en la cuenta que lo que me empuja a pensarlo no es el abandonar la vida si no más bien ver la cara que se le quedaría, y claro, después de muerto es complicado”

            “sólo le he metido los cuernos dos veces, la primera de ellas ni siquiera llegué a follar, sólo unos cuantos besos y una mamada que fue imposible de terminar porque iba hasta las cejas, y la segunda fue hace ya 3 años, ¿puede que se haya enterado ahora? Pero no sé, me parece que tres años son mucho tiempo, ¿no prescribe eso?”

            “su padre nunca me ha soportado, le habrá comido la cabeza, es todo cosa de él, estoy seguro, maldito viejo hijo de puta”

            “la noche antes me tiré un pedo en la cama, no era el primer pedo en su presencia, evidentemente, pero sí estando tan cerca y encerrados bajo las sábanas, pero ni siquiera estábamos follando y hasta me di la vuelta para tirármelo contradirección suya”

            “yo aún la quiero”

            “creo que se está follando a otro, estoy convencido, los candidatos son tres: su primo el de Vitoria, ella se esfuerza mucho siempre en recordar que es primo lejano, un día le comenté que no hacía falta que cada vez lo apostillara y se puso roja como un pimiento. El segundo Fabián, su compañero de trabajo, tiene 15 años más que ella y recuerdo que una vez borrachos le pregunté cuál era su sueño erótico no cumplido y me dijo que hacerlo con un hombre mayor, no necesariamente guapo, puede que incluso bastante feo, luego de eso terminó la conversación y nos dormimos y al día siguiente estuvo evitando mi mirada y no me dirigió la palabra. Y el tercero Ramiro sólo hay que ver cómo la mira y como la había mirado siempre, cuando empezamos a salir me dejó de hablar durante casi 5 meses, no de forma evidente, pero me evitaba todo lo que podía.”

            Y como éstas, muchas más que ahora no recuerdo o no os quiero poner en el compromiso de saber. Cuando dejó la bolsita de cocaína por debajo de la mitad aproveché un momento de silencio para decirle que me iba a dormir y así lo hice. Él se quedó viendo el Teletienda, le dije dónde podía dormir y me encerré en mi habitación.

            A la mañana siguiente me levanté y fui hasta la cocina para beber agua, tenía la boca pastosa pero por el resto me encontraba bien, nunca he tenido resaca bebiera lo que bebiera, en cantidad y calidad. Bebí directo de la botella y justo cuando iba a cerrarla apareció Alicia, completamente desnuda. Alicia es Alicia, y merecería un post o un blog entero, para contar todo lo que puede se contable de ella. Yo siempre pensé que estaban liados durante este tiempo. Mateo me lo negó todas las veces que le insinué algo, me lo negó hasta casi echarse a llorar y yo le creí a la fuerza.

            -¿Qué haces tú aquí? –me preguntó.

            -Vivo aquí, ¿y tú?

            -Yo… -roja, la cara a punto de estallarle.

            -Déjalo, no importa, hace bastante calor pero cuidado no te dé una corriente de aire –y entonces hizo un amago de taparse su exagerado cuerpo con sus pequeñas manos –bueno, hasta luego.

            -Hasta luego –dijo ella y antes de cerrar la nevera cogió un bote de nata dulce.

            Cuando pasé por delante de la puerta de la habitación de invitados pude ver a Mateo tirado en la cama, desnudo y con una erección casi violenta, de hecho entre la oscuridad, sólo se atisbaba el brillo mortecino de la punta de su pene. La situación me hizo gracia.

            Ya en mi cuarto me puse la tele, El Encantador de Perros se las tenía que ver con un Golden Retriever que se subía a la cama de sus dueños cada vez que iban a follar. Pensé que estaría bien que yo hiciera lo mismo con Mateo y Alicia, pero decidí que estaba fuera de lugar. Así que tan sólo me inmiscuí en sus quehaceres quitándole la voz al televisor.




            Eso es todo por hoy, deberíais saber que mi plato favorito es el arroz a la cubana, pero sin plátano, por favor.
           

6 comentarios:

Y. dijo...

JAJAJAJAJAAJ por favor. Ha sido grandiosooo! Más verdad o más mentira, me es igual. pero me has recordado a tantas cosas q me pasaron este último año, que podría comentar y comentar. Pero me quedo con que me ha encantado!!

viva el encantador de perros!

Alfonso Navarro dijo...

jajaj, en qué papel?
mateo?
alicia?
elsa?
alfonso?

creo que es la primera vez que alguien me dice que se ve reflejado en algo que haya hecho y que lo diga riéndose!

ya era hora, porque yo me río un montón con todo esto jeej


y por supuesto es todo verdad verdadera verdaderísima!

anina dijo...

q fuerte q vuelvo d viaje y aun no habias llamado al pobre mateo... aunq despues d esto no lo veo tan pobre...

m tendre q releer lo q m he perdido para ponerme al dia

HOLA!

Alfonso Navarro dijo...

todos somos pobres cuando nos quedamos solos!
jajaja

qué tal el viaje!

pues justo ahora que vuelves me voy yo!!!!!!!!!
jajaja


pd. te das cuenta que esa cama donde mateo y alicia jugaron con nata es la misma donde os quedáis a dormir????

anina dijo...

se me habia pasado por la cabeza pero no habia querido pensarlo del todo... :S

unos llegan y otros se van, q injusta es la vida xa los q llegan

Z dijo...

adónde te vas??