martes, 18 de enero de 2011

Raya = Espacio + Tiempo


            Volvíamos en el tren y habíamos dormido más bien poco. Nos habíamos acostado casi a las 9 de la mañana. Alguien desayunaba en una terraza y al verlo me sentí mejor que él. De la unión de la estupidez y alcohol nunca salen buenas ideas. Sólo pensaba en llegar a casa y tumbarme en la cama, ver algún capítulo de Mujeres Desesperadas y aún estando interesado dormirme por sólo el placer de poder hacerlo. Diez butacas más allá había un mendigo que hablaba con toda la gente pero la gente no le devolvía ni una sola palabra. Gritaba cosas y una chica delgada pero no demasiado guapa cambió de vagón.

-Tengo una denuncia por intento de asesinato, me la pusieron la quinta vez que intenté suicidarme –gritó. La chica que estaba sentada enfrente de mí se asustó. Yo pensé que los personajes existen y siempre andan cerca nuestro.

Hablábamos de aquello y de lo otro y en un momento dado la misma chica que se había asustado unos minutos antes, me citó, o citó este blog pero sin saber que lo había leído aquí. Me sentí bien, me sentí mejor. Y ya no iba borracho aunque seguía siendo igual de estúpido.

-Jimmy Page hizo una gira como batería de los Rolling Stones, y en Praga se folló a la mujer de Mick Jagger –dijo el mendigo entonces. O eso me pareció entender. Estaba lejos y no vocalizaba nada bien.



Cuando bajamos del tren nos pusimos tristes, y en el andén hacía frío y en invierno a las 6 es casi de noche.

Me gusta la melancolía en las caras bonitas, aunque a veces duela.

La noche anterior acabamos en un pub de maricas. Cuando el tipo, Millán se llamaba, que nos llevó allí me lo dijo traté de corregirlo y él me dijo que nada de un pub de gays, es de maricas y decirlo de otra forma es una tontería cuando no una somera estupidez. Él era el más marica de todos. Nos prometió un after, pero al llegar casi no había música y tan sólo 10 o 12 personas. Todos chicos menos nosotros. Pedimos cerveza. Tratamos que nos invitaran a chupitos de absenta sin suerte. Llevábamos dinero pero necesitábamos que la destrucción llegara por casualidad o cuanto menos poder jurar que no la buscamos, que no hicimos nada por conseguirla.

Millán, que había desaparecido un buen rato, vino hasta nosotros. Estuvimos un rato hablando de aquello y de lo otro. No recuerdo ni una sola palabra. Un tipo se le acercó y le pidió cocaína, él dijo que en todo el pub el único que la llevaba era Augusto y que la vendía muy cara. Augusto era un hombre mayor que se parecía a Carlos Ferrando, llevaba bufanda blanca y una camisa ajustada de color azul satinado. El tipo se fue y le pregunté a Millán que a qué precio la vendía. Él respondió que no acepta dinero, que la da a cambio de una mamada.



-¿Tú has esnifado?

-Sí –me dijo.

-Augusto no parece un lugar muy agradable donde meter la boca,

-No me has entendido bien, me ha puesto una raya por dejar que me la chupe.

-Bueno, no es tan malo pues, supongo.

-Es horrible, pero sólo le he dejado chuparme la punta y muy poco, el muy cabrón me ha puesto una raya que ni se veía.

-El próximo día sal con más dinero de casa.

-Me ha dado mucho asco.

-Lo entiendo –le dije.

-No debería volver a hacerlo, no otra vez.

Tal vez debería haberlo abrazado allí mismo, pero no lo hice, me despedí de él y nos fuimos de allí.

Por el camino comentábamos la noche, nos reímos un buen rato. El sol daba fuerte, hacía frío y quedaba poco para ponernos tristes.

La pena más grande no llega con el inicio del dolor, si no con el fin de las mejores cosas, las que te salvan la vida.

Mi último sábado fue de esos que tardas en olvidar.

4 comentarios:

Irene dijo...

Yo quería decirte que lo de la pena era casi tan bonito como lo de las antípodas, pero me inquieta mucho más otra cosa: ¿todos chicos SALVO vosotros? ¿En qué indeterminación sexual te deja eso?

Alfonso Navarro dijo...

qué antipodas?

,,,

...

ummmm

vaya

Irene dijo...

De todo lo que me enseño lo que mas me quedó fue el concepto de antípodas, por su belleza fonética, por su sentido aplastante de yo estoy aquí y tu no puedes estar más lejos :) Perdona las faltas, el ipod no entiende de tildes. Y contesta a mi pregunta, cobardica.

C* dijo...

y la noche dio para tantas cosas... jajaja