martes, 11 de enero de 2011

Fumaré siempre

De un tiempo a esta parte, varios años ya, vengo observando que la mayoría de las veces no puedo participar en las conversaciones más comunes. No es que no pueda, quizá sí que soy bastante cobarde o más bien que el pasotismo se me ha apoderado.

            Así, es muy fácil verme en una conversación de 3 sobre la inmigración y yo estar callado. Compartir una charla amistosa sobre la nueva ley del tabaco y yo, estar callado, y sin poder fumar. Y lo mismo con la música y el cine, ya no digamos sobre libros, política y, menos mal que el Barça y Mourinho (míralo que machote él en la foto) no dan lugar a subjetivismos, porque ya me veía no hablando de fútbol.



            Soy raro. No quiero exterminar a ninguna raza.

            El martes mismo, vimos a una mujer de unos 80 años cogida del brazo de un negro de unos 35. Uno que estaba conmigo dijo, pobre mujer, a lo que ha tenido que llegar por no estar sola. Los demás rieron, para luego asentir.

            Yo callé.

            Y ahora me enciendo un cigarrillo.

            En otro orden de cosas me da un poco de corte cuando paso por delante del Tertulia, bar donde a media mañana me tomaba un café y me fumaba un Lucky, y paso de largo sin entrar. Generalmente los dueños están en la puerta, en la puerta de su bar, que en parte también es su casa, fumando a su vez en la calle, con todo el frío de enero cayendo sobre sus manos. Es triste. Y no hay por donde cogerlo, pero cuando el otro día salió el tema de la ley antitabaco, todo el mundo parecía estar muy contento y hasta uno dijo que hay que ser idiota para estar en contra de la ley.

            Y yo callé.

            Hay más en otro orden de cosas, pero en el fondo el alma es la misma, porque mientras que ayer por la tarde terminaba otro capítulo de la novela (ya sólo me faltan 3) y la ilusión me embargaba hasta parecer una bicicleta que se eleva y te hace permanecer para siempre en un fotograma a todo color entre La Tierra y la Luna, por la noche cogí una revista gratuita de tendencias y me enteré de que en breve Juan Antonio Bayona comienza el rodaje de una película sobre el Tsunami más famoso de las dos últimas décadas. La película va a llamarse Lo Imposible. Pensé que me había equivocado al leerlo, pero no, era así, era cierto. El mismo título que había pensado para la novela. El único posible, el que hacía justicia tanto al texto como al proceso de escribirlo. Un título para el mundo un título para mis entrañas.

Y ya no entró en todo lo del mar salvaje y la tierra yéndose a la mierda.

            Y ahora enciendo un cigarrillo. Detrás de otro.

            Hoy he vuelto a leer el capítulo de ayer. Y ahora me parece una mierda.

            Y las visitas al blog siguen creciendo y nadie postea nada. Y yo sigo confiando en la informática y en la imposibilidad de la locura en un contador de visitas.

            Mañana encenderé un cigarro en medio de un parque público, y luego me prenderé fuego.

13 comentarios:

Anónimo dijo...

Ahora sí??
También fumaré.
Escribes muy bien, mitad surrealista, mitad hiperrealista.

Alfonso Navarro dijo...

así es la vida, no????
o así nos la tenemos que coger algunos para que simplemente sea vida

Anónimo dijo...

Sí, como la vida misma, mitad de cal, mitad de arena, eso es.

Anónimo dijo...

yo te leo, no posteo porque como tú tb me quedo callada...

Alfonso Navarro dijo...

muy sensato querida anónimo

:)

David dijo...

No había visto tu blog, Alfonso. Veo que sigues dándole, te seguiré por aquí.
Qué es lo próximo que vas a editar, amigo? Ya sabes que quiero una copia diciéndome lo loco que estoy en la primera página.

Pablo dijo...

Defendre als fumadors és com defendre a Mourinho, només ho pot fer gent sese cor... un b7!!

C* dijo...

señales...

y no de humo precisamente

Anónimo dijo...

Hola Alfonso, espero poder leer tu próximo libro pronto y que me lo vuelvas a dedicar como el anterior, sin saber quién soy y sin que eso importe.

Alfonso Navarro dijo...

creía que tenía controlados a todos los que se lo firmé

igual tengo otra vida,

lo tendrás seguro.


sigo fumando

bruja de provenza dijo...

Entre la desesperanza y la rebeldía.
Ahí, en esa cruz señalada en el suelo, te imagino de pie.
Ingenuo y desafiante.
Y me gustas mucho.
(En otro orden de cosas, tengo el ejemplar de Archipiélago que te debo esperando a que Lola lo firme. Y te lo mando).

Anónimo dijo...

Y que tiene de malo una vieja de 80 con un negro de 35?

Alfonso Navarro dijo...

ninguno
por eso mismo