viernes, 18 de junio de 2010

Sarandonga, fiambre pa' comer.


Hoy es un viernes como otro cualquiera, eso ya es más que la mayoría de los martes prodigiosos, si es que puede haberlos, yo por mi parte no recuerdo ninguno. No creo que nada bueno haya pasado un martes en mi vida y tampoco me molesta, hay tantos como viernes durante una vida y supongo que es algo necesario para mantener el equilibrio en la galaxia. A veces creo que los martes peso más y que mi novia no me quiere tanto, no se me ocurre nada más dramático que me pueda ocurrir que eso. Alguien dirá que la muerte (la de alguien cercano, no la mía) pero la muerte no acontece en un momento exacto, la muerte sucede durante todo el tiempo en que uno es capaz de recordar y sentir dolor por esa persona que ya no está, que ya no volverá. Yo soy de ésos que sienten miedo ante la muerte, pero nunca he llorado pensando en la mía, y a fe que lo he hecho.

            Soy capaz de no levantar cabeza imaginando nítidamente la muerte, el entierro y la noche siguiente del fallecer de alguien a quien quiera de verdad.

            Hablando de muerte hoy ha muerto José Saramago. 





Tengo que reconocer que no he leído nada de él, y que tampoco me apetece hacerlo. No es una postura muy inteligente negarse ante algo sin saber a qué se está negando uno, pero no es menos cierto que la vida es finita y que uno tiene un tiempo limitado para realizar ciertas cosas. Yo aún no me he quedado ningún día sin tener algo que leer que me apetezca más que Saramago (y tantos otros) y dudo que vaya a suceder jamás.

            El típico hay que probarlo todo sólo tiene valor cuando queremos justificar algún acto que nos avergüenza o que nos da asco oque directamente daña nuestra salud física o la (senti)mental de algún allegado. Para todo lo demás creo que carece de bastante sentido o de fundamento real en pos de una justificación real.

            Supongo que en algún lugar de Portugal 





habrá alguien apellidado Saramago llorando la muerte del escritor y, por qué no, otro, o tal vez el mismo, pensando en todo el dinero que va a ganar con las reediciones, colecciones e inéditos con los que nos van a bombardear durante los próximos meses.

            Lo vimos cuando murió Antonio Vega (cantante que no me entusiasma pero al que cogí una manía injustificada debido a que mucha gente lo confundía con Nacho Vegas). 

Nacho:




Antonio:


El mismo día de su deceso, en la tele anunciaron un recopilatorio con sus mejores canciones. Luego nos enteramos que lo tenían preparado desde hace un año. Y lo hicieron y encima lo dijeron. Confesar un crimen no te hace mejor persona aunque sí te reste años de condena.

            Hace no mucho murió Sallinger, 




esperaba un bombardeo mayor, que salieran sus 40 años de inéditos uno detrás de otro, pero no ha sucedido. Por una parte lo deseaba, por otra me daba miedo. A veces es mejor dejar las cosas como están si es que las dejaste muy altas, porque si pones peso sobre una columna, lo más normal es que se vaya a la mierda. Aunque no siempre es así.

            En mente Kurt Cobain y John Lennon, también, claro, James Dean, y su leyenda apoyada por la prematura visita de La Parca (no es una chaqueta de invierno, es la puta muerte) para dejar cuerpo bastante deseables y una carrera brillante (nunca fui muy fan de ninguno de los tres, pero soy capaz de ver que millones de personas sí pueden serlo), pasto ideal para construirse una casa de ladrillo en la memoria de cualquiera. La de Maccrtney 





por ejemplo, no creo que sea de paja, pero seguro que su puerta recibirá dentro de cien años muchas menos llamadas que las de su compañero de grupo. Además John Lennon te recibirá desnudo y el otro con su boquita de piñón (comprobar en foto de arriba), no hay color.

A mí, de toda esta fauna el que mejor me cae es John Bellushi (no confundir con James Bellushi), 

John:
 James (el que lleva corbata):




mucho mejor incluso que Jesucristo, si bien el segundo estuvo 40 días en el desierto donde tuvo alucinanciones con el demonio y demás barbaries, el primero estuvo una vez 33 días consecutivos de fiesta, lo que vería durante ese mes largo, se lo llevó a la tumba.

            Vengo pensando en cerrar todo esto, y creo que debería soltar un párrafo a modo de conclusión final, pero yo no vengo aquí a enseñar a nadie, en verdad sólo venía a decir que es un viernes cualquiera que está nublado y eso lo emparenta casi con el mejor de los martes, pero ni aún con ésas, llega a rozarle la suela de las botas con la punta de los dedos.


            Eso es todo, os habló Alfonso, recordando que los martes mercado, y los viernes sé cualquiera, nadie te lo va a echar en cara.
           

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Me ha hecho cantidad de gracia este post, de hecho he soltado dos carcajadas (así: ja ja) con las fotos de los Vegas.


elisabet :)

pelotrigo dijo...

La muerte (senti)mental, de Christina, es un temazo, y a mí también me dieron el pésame el día que murió Antonio pensando que era Nacho, y casi muero con el Vega(s) que no era.

C* dijo...

de unos días para acá veo las parcas (del armario) de una manera diferente...

Alfonso Navarro dijo...

Eli, no sé com agarrame el ja que pertoca a Nacho, be, sí sé, pero casi que hod eixe pasar.

pelotrigo, nunca comprenderán la importancia de una s que va de la normalidad a la genialidad

c* imaginate pues el día que las parcas se decidan a salir del armario